Ricardo Chivo Pavoni: Memorias de un prócer de Independiente

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Ricardo Elbio Pavoni es un símbolo enorme del Club Atlético Independiente. Más de quinientos partidos disputados entre 1965 y 1976, nueve títulos conseguidos y una gloria imperecedera. El Chivo visitó Abrí la Cancha. En una larga charla junto a Carlos Aira, Leo Martín, Nicolás Podroznik y Nehuen Ríos, el histórico lateral uruguayo analizó el fútbol de ayer y de hoy.

Por Carlos Aira (@carlosaira11)

 


 

 

INDEPENDIENTE 2020: “El equipo está pasando una situación dificil que debe revertir ganando.  El público de Independiente siempre fue exigente. Está acostumbrado a ganar y quiere hacerlo. A este plantel lo conozco desde la época de Ariel Holan, salvo alguno que ha llegado. En general es un buen plantel con grandes jugadores y buenos chicos pero la confienza es fundamental y el único remedio es ganar porque la realidad del fútbol es ganar. Ganando se trabaja distinto porque el club y la gente está bien. También porque te brinda lógica seguridad para el próximo partido. Cuando tenés una mala racha vos empezas a pensar, la gente te insulta y te carga hasta el panadero. Es el problema de ser un futbolista conocido vistiendo la camiseta de un club grande”

Te doy un ejemplo ahora que estoy trabajando en las Relaciones Públicas y Peñas de Independiente. Viajamos mucho al interior y llevamos la Copa Libertadores de América y la Intercontinental. El 70% de los hinchas se saca foto con la Libertadores. Les preguntamos por qué y nos responden que esa copa es de Independiente. Hay una relación muy cercana entre Independiente y la Libertadores. Cuando volvimos de Brasil con la Sudamericana, en Aeroparque la gente te pedía la Libertadores”.

 

EXIGENCIA ROJA: “El equipo está pasando una situación dificil que debe revertir ganando.  El público de Independiente siempre fue exigente. Está acostumbrado a ganar y quiere hacerlo. A este plantel lo conozco desde la época de Ariel Holan, salvo alguno que ha llegado. En general es un buen plantel con grandes jugadores y buenos chicos pero la confienza es fundamental y el único remedio es ganar porque la realidad del fútbol es ganar. Ganando se trabaja distinto porque el club y la gente está bien. También porque te brinda lógica seguridad para el próximo partido. Cuando tenés una mala racha vos empezas a pensar, la gente te insulta y te carga hasta el panadero. Es el problema de ser un futbolista conocido vistiendo la camiseta de un club grande”

 

PALADAR NEGRO: “El público de Independiente tiene el paladar negro, el cuerpo técnico tiene que vivir el momento. Tenés paladar negro cuando la gente está contenta porque se ganaron mil cosas. Ahí, todo está bien. Porque el famoso Paladar Negro tiene que ver con los títulos, porque todos te recuerdan cuando el campeonato terminó en vuelta olímpica”

 

Lucas Pusineri, entrenador de Independiente.

LUCAS PUSINERI“Lucas Pusineri debe ganar confianza para ganar y mejorar la lectura de los partidos. Trabaja muy bien toda la semana, no me caben dudas. Hoy en día no hay equipo que no trabaje porque eso es imposible. Lo que pasa es que durante el partido empieza el tema de la confianza y como solucionar ese problema a los jugadores. Por más que quiera ayudar, Pusinero no es un técnico de metegol, que los tiene en una varilla y los maneja como quiere él. El jugador actúa, razona y ejecuta de acuerdo a las situaciones del momento”.

 

EL FUTBOL COMO COMPETENCIA“A mi dame el resultado. Por eso nosotros ganamos tantas cosas. Lo que pasa es que la gente no recuerda los partidos que jugamos nosotros, porque hemos jugado partidos espantosos, pero los ganamos. Yo digo que hay equipos dificiles y otros peligrosos. A los dificiles sabes que te va a costar, pero vas a ganar. Contra los equipos peligrosos el resultado es incierto. Por eso es importante saber leer un partido. A los chicos de inferiores siempre les enseñé a no mostrar las cartas de una. Esto es como el truco: uno no puede jugar con las cartas dadas vueltas. En el fútbol primero jugas vos y luego juego yo”.

 

LA TECNOLOGIA: “Hay que acostumbrarse a la época que transitamos.  Hoy, la tecnología permite que un jugador sea conocido en todo el mundo por una buena jugada. Esa es la gran diferencia con mi tiempo y por suerte, porque pueden hacer una gran diferencia económica. La tecnología avanza y construye pero en cierta forma también destruye, porque hay que armar planteles todo el tiempo porque te venden los mejores. Los que llegan se tienen que adaptar al grupo y no todos se adaptan rapidamente a Independiente. Hay un montón de circunstancias que son complejas”.

 

LA MISTICA DEL INDEPENDIENTE COPERO: “La gran clave de aquel equipo fue la convivencia. Nuestros asados duraban horas. En la sobremesa todos sabían las cosas del otro: la familia, hijos, todo. Fuimos al bautismo del hijo de Luis Artime, por ejemplo. La amistad era muy grande. Siempre digo y no me equivoco que los buenos equipos son en base a buenos grupos. Todos tiramos parejo sabiendo cubrir la falla del compañero. Todo eso sirve porque muchas veces nos sentamos en mitad de cancha, venía el técnico y le deciamos: no, maestro, está vez déjenos solos…”

 

CHIVO DEFENSOR: “Al defensor le exigen más que al delentero: que vaya al ataque, que no pierda la espalda. Yo jugué doce años en Independiente y salí doce veces campeón. En todo ese tiempo sólo tiré un túnel. Fue en el debut del Pato Pastoriza como técnico, ante San Lorenzo en la Bombonera. Un partido que ganamos 5 a 2 y en mitad de cancha le quise tirar un caño al Gringo Scotta y le erré. Fue el único que tiré en toda mi vida. Porque no sabía y siempre en mi vida hice lo que sabía y ahí está la diferencia. Lo mio era simple. En 1967, luego de dos años en Independiente, me solté y marqué mi primer gol. Siempre fui de terminar la jugada, no de llevarla a domicilio.

 

TALENTO DEFENSIVO: “Yo creo que el defensor tiene un talento que no se comprende porque parece que solo los volantes o delanteros son talentosos. El defensor tiene mucha inteligencia. Piensa y lee el partido. ¿Cuantos goles tiene Tagliaficco? pocos, pero es un marcador notable. Por eso, cuando me preguntan cual fue el mejor jugador entre Pelé, Maradona, Cruyff o Messi, la pregunta debiera ser: ¿Cual juega en tu equipo? Ese es el verdadero talento”.

 

PELE, MARADONA, CRUYFF, MESSI: “Yo tuve la suerte de verlos y jugar con alguno de ellos. Si tengo que elegir uno, es Pelé porque era completísimo. La primera vez que me puse la camiseta de Independiente fue contra el Santos. Nos comimos cuatro. Era durísimo Pelé. No había que pegarle porque te volteaba. Era bravo”.

 

INDEPENDIENTE 1972-76: “Fue un equipo sin secretos, formado desde 1967 que el tiempo y la formación transformó en un equipo de hombres. Cuando tenés un equipo de hombres, con mucha personalidad, el rival tiene que bancarte. Se siente en la cancha y lo hacés sentir sabiendo lo que estás haciendo. El Pato Pastoriza, que era el Jefe, pegaba tres gritos y acomodaba todo. Además, todos los equipos nos querían ganar. Se enfrentaban a un equipo de hombres que sabía lo que quería y lo que tenía. Entonces, el jugador que llegaba al club o subía desde inferiores debía amoldarse. Por ejemplo, Bochini hacia todo hacia adelante, no hacía fulbito. Vos le dabas la pelota y la mirabas todo hacia adelante. También Daniel Bertoni y el Mencho Balbuena, que eran todo potencia dentro del área”.

 

ESOS VIEJOS EQUIPOS COPEROS“El Racing de José y el Estudiantes de Zubeldía fueron dos grandes equipos. Racing era un equipo de hombres que sabía lo que quería. Estudiantes jugaba a tu equivocación. Fueron precursores de tener delanteros que corrieran a los defensores. Quiero aclarar que no era un equipo mala leche y que nunca vi un alfiler dentro de una cancha. Lo que tenían era que le hablaban todo el tiempo al árbitro. Se ponían hacer espamento cuando en verdad lo estaban felicitando. Eso te sacaba de las casillas”.

 

FINALES INTERCONTINENTALES: “En 1972 y 1973 jugamos las finales intercontinentales ante Ajax y Juventus. Contra el Ajax no teniamos nada que hacer porque no sabiamos como jugaba. En Avellaneda empatamos 1 a 1 y en Holanda perdimos 3 a 0. Apenas comenzado el partido, erramos un gol cantado. Una lástima porque hubieramos metido el colectivo 295 dentro del arco y nos ganaban el partido.

Al año siguiente la dirigencia nos dice que Juventus aceptó jugar la final solamente si se realizaba en Italia, con pelota italiana y árbitro italiano. Fuimos los jugadores quienes le dijimos a los dirigentes que ibamos a ir a Italia y traer la copa. Fue un partido bravísimo. Un partido de hombres. Nosotros defendimos con fiereza y les pedimos a los de adelante que se arreglaran como pudieran. Por suerte apareció el Bocha…”

 

EL CLASICO CON RACING: “En 1973 volvimos con la Intercontinental y nos tocó ir a cancha de Racing. Nos ovacionó la tribuna de la Academia. En esa época la rivalidad de Avellaneda era a nivel familia. Eramos dos equipos de barrio. Para que se den una idea, el domingo jugábamos contra Racing, nos matábamos a patadas todos y ganara quien ganara, el martes siguiente pasábamos por lo de Tita y desayunábamos con los muchachos de Racing”.

 

RIVALES: “El más dificil fue un compatriota, Luis Cubilla. Me conocía de haber jugado en la Selección. Entonces el sabía que si jugaba sobre la raya me lo comía. Cuando me enfrentaba se ponía entre Pancho Sá y yo, entoces siempre recibía libre ya que Pancho no le podía salir. Otro delantero bravo fue José Luis Luna, de Atlanta. Era rapidísimo desbordando y tiraba el centro de una, sin chances de volver para atrás. Otro crack fue Ángel Marcos, de Chacarita Juniors, que era muy inteligente para jugar. A mi no me complicaban los gambeteadores. ¿Cómo haces para subirte a un caballo que viene al galope? Lo que tiene que hacer un defensor es amagar, porque el wing en velocidad siempre se frena y toca al costado”.

 

EL RETIRO: “Fue a fines de 1976. Durísimo. Tuve que hacer el análisis de la despedida. Puse dos sillas enfrentadas. Me sentaba en una y la otra vacía delante mío. En una estaba Ricardo y enfrente el Chivo. Ricardo despidió así al jugador. Me ayudó muchísimo comenzar a trabajar en un banco porque el contacto con la gente que no le importa el fútbol fue fundamental. Era Ricardo todo el tiempo. Después, con el tiempo, me di cuenta que había asimilado un montón de cosas. Sin quererlo, uno es ventajero social, porque yo iba a pagar el gas vencido y en vez de hacer una cola de sesenta metros, el de informes me reconocía, le contaba dos goles y me iba. Desde 1976 hago la fila como todo el mundo y está muy bien que sea así”.

CA/NR/GF/RG

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